EXPULSIONES

Como toda sociedad cultural, Teatro Sumergido también tiene sus miembros. El inconveniente está en que nos conocemos y sabemos a ciencia cierta que ningun@ de nosotr@s: 1. Se merece pertenecer a una Sociedad tan insigne, coherente y elitista. 2. En realidad nadie quiere perder su individualidad para entrar a formar parte de una entidad colectiva. 3. Somos caprichos@s y volubles, vaya usted a saber qué pensaremos mañana. 4. Tod@s estamos de acuerdo con las bases fundacionales de este grupo, pero en realidad nadie las cumple.

Teniendo en cuenta estas premisas, se nos ocurre que la mejor manera de presentarnos es despidiéndonos. Todo final es un principio. Irse es una forma de estar presente. Se abre el telón. Comienzan las expulsiones.

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